11 noviembre 2006

 

Monotonía



Siempre he concebido la monotonía como el peor destructor de la creatividad, la observación y la reflexión filosófica. Muchas veces quien cae en la rutina se limita a sí mismo a un márgen de seguridad claro: terrenos confiables y conocidos. Conformismo, inconciencia y estancamiento son algunas de sus consecuencias.

Sin embargo, hablando con mi mamá noté que hay muchos aspectos a considerar. Ella piensa que hay "rutinas" en todas partes: en recetas, instrucciones, planes, proyectos, etc. Y es que, argumenta, el alcance de muchas metas amerita una serie de pasos organizados que a veces no dejan espacio a la creatividad, a la pasión y a la variedad del cambio.

Suele suceder que de pronto razonamos nuestra monotonía laboral o emocional. Mi madre me explicó que la rutina no es algo accidental, ajeno, invasor o improvisado. Responde a un plan anterior. Es consecuencia de una proyección previa, racional y voluntaria.

Uno hace uso de su libertad al escoger qué quiere, qué proyecto aspira y al pautar cómo lograrlo o de qué modo. Ese camino generalmente no se transita rápidamente, sino constituye una etapa que amerita tiempo y disposición. Tiempo en el cual, sin querer, puede uno sentirse estancado.

Opina ella y desde hoy sostengo, que al sentirse estancado hay que buscar las causas, hay que pensar en la motivación inicial. ¿Cómo llegué a este punto? ¿Mi objetivo vale esta rutina? ¿Eso que deseo y proyecto vale la pena? A partir de estas respuestas surgen planteamientos determinantes.

Sucede que de algún modo las palabras rutina, motononía y costumbre han sido teñidas de prejuicios, como el mismo prejuicio. Estudiantes y parejas muchas veces se sienten estancados, pero ¿no hay detrás grandes principios como el saber, la preparación o el amor?

No obstante, muchas veces debe haber un punto de quiebre. Situaciones involuntarias o de infelicidad pueden y deben ser evitadas. La clave es la misma: pensar y decidir

07 noviembre 2006

 

Caminante que proyecta sus pasos

Millones de hombres poblan la Tierra. Cada uno, único e irrepetible, tiene cierto ámbito de influencia. Mientras unos dejarán una huella o modificarán la historia universal, bastantes más sólo afectarán entornos cercanos.

Omitiendo por ahora el tema de la trascendencia o influencia que deseo y proyecto, comento que lo que hace de mí yo, es mi forma de pensar, imaginar y dudar. Considero y hoy -nerviosa- escribo que mi valor agregado en el mundo es mi constante duda y cuestionamiento.

No sé cuál es mi origen último. Desconozco mi futuro. Sólo sé, defino y expreso que mis acciones voluntarias presentes y próximas están orientadas a la defensa y promoción del bien y a la escritura de unas páginas que plasmarán mis ideas, conteniéndome -en letras- a .


06 noviembre 2006

 

Reinicio

Fasttagabs, Gabriis, Gabs y Señorita amistad ha regresado.

Éste es su espacio.

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