23 enero 2007

 

Desde afuera

Recientemente he tenido la oportunidad de ir a casas de varias compañeras. En una de ellas pude o mejor dicho, debí (por un trabajo), entrevistar a los miembros de la familia sobre mi amiga. La experiencia me pareció fascinante y enriquecedora.

Al preguntarle sobre el nacimiento de su hija, la madre sonrió y relató sin poder evitar las lágrimas. Las palabras que iniciaron la entrevista del padre fueron "Ella es un ángel". Impoluta, virtuosa y única son de los adjetivos que salieron de su boca. Para ambos, ella y sus otros hijos son las luces, las razones de ser y de vivir. Igualmente, para sus hermanos ella es imprescindible. Absolutamente necesaria.

Su hermano morocho bromea y describe su casa y su familia como un ecosistema. Sí, hay supervivencia y relaciones, pero al asomarme un poquito noté con infinita claridad unas cuántas cosas: Como moldeados por una misma mano, de miradas, narices y gestos parecidos, cada integrante influencia y recibe influencias de los demás. Sentí que la cosa más determinante en la personalidad de mi amiga es su familia.

Ella, como todos, está sujeta a roles y a expectativas muy precisas. La forma en la que es concebida no es arbitraria, parece más bien estable y casi inflexible, como el cariño que le tienen.
En ese "ecosistema" no existe nada extraño, nada ajeno. Además de la costumbre, desde afuera se ve un hilo conector irrompible. Cada uno tiene total pertenencia y efectividad allí, siendo como es y actuando como actúa. Entre problemas y alegrías la familia (con sus defectos y virtudes) sigue adelante, unida. Se trata de una existencia compartida perfecta por sí, en sí misma.

Por su puesto que veo reflejada en aquella, mi familia. Pasa que a veces, cegada, pierdo la noción de lo esencial. Por mi familia soy y para ella debo ser y estar. Sí.


Comments:
¡Qué lindo leerte Gaby!. Ya no eres una promesa, eres toda una realidad. Varios de tus profesores me lo han dicho.
Por ahí vi unas fotos tuyas y estás realmente bella.
Te estuvimos buscando pero ni el correo que teníamos ni el celular que teníamos nos respondió.
Queríamos tanto Judith como yo que estuvieras en nuestra boda, en la qeu tus profesores Armandito y Grisel fueron padrinos, así como Saturno y Carolina, tipos que conocí el mismo día que a tí.
Bueno, este comentario está muy largo.
¿Cuándo nos vienes a visitar?.
Se te quiere a ti y a tu familia.
 
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